El renombrado economista portugués João César das Neves ha llamado la atención sobre un tema importante que a menudo pasa desapercibido en la discusión pública: el gobierno no tiene la autonomía para cambiar los impuestos a su antojo. De hecho, cualquier modificación en la fiscalidad solo puede ser implementada con el voto de los diputados en el Parlamento. En otras palabras, no podemos esperar cambios significativos en la tributación antes del año 2025, cuando se discuta el próximo presupuesto estatal.
Esta declaración del experto ha generado cierta sorpresa entre la población, ya que muchos consideran que el gobierno tiene plena libertad para establecer y modificar los impuestos a su conveniencia. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Tal como señala el economista, cualquier ajuste en la fiscalidad requiere un proceso político y legislativo complejo que puede llevar años en completarse.
Por lo tanto, aunque se han escuchado promesas de reducción de impuestos en la campaña electoral, es poco probable que se materialicen en un futuro cercano. De hecho, es importante que los ciudadanos comprendan que cualquier cambio en la tributación debe ser cuidadosamente estudiado y discutido antes de su implementación, ya que puede tener un impacto significativo en la economía y en la vida de todos los ciudadanos.
Es cierto que en los últimos años hemos sido testigos de una serie de cambios en la fiscalidad, como la reducción del IVA en algunos productos o la creación de nuevos impuestos. Sin embargo, estos ajustes fueron el resultado de una profunda discusión en el Parlamento y no pueden ser implementados de forma arbitraria por parte del gobierno.
Además, es importante destacar que los impuestos son una fuente vital de ingresos para el Estado, lo que permite financiar programas y servicios esenciales para la población, como la salud, la educación y la seguridad. Por lo tanto, es comprensible que cualquier modificación en la fiscalidad sea tratada con precaución y responsabilidad por parte de los legisladores.
Es cierto que la carga fiscal en Portugal es una de las más altas de Europa, lo que puede ser una preocupación para muchos ciudadanos y empresas. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que estos ingresos son esenciales para mantener el país en funcionamiento y garantizar un nivel de vida decente para todos los ciudadanos.
Por otro lado, también es importante destacar que la fiscalidad no es solo un asunto nacional, sino que también está sujeta a las normas y regulaciones de la Unión Europea. En este sentido, cualquier cambio en la tributación debe ser compatible con las políticas y directrices de la UE, lo que puede limitar aún más la capacidad del gobierno para modificar los impuestos.
En resumen, el economista João César das Neves nos recuerda que el gobierno no tiene la autonomía para cambiar los impuestos a su antojo. Cualquier alteración en la fiscalidad depende del voto de los diputados en el Parlamento y debe ser cuidadosamente estudiada y discutida antes de su implementación. Por lo tanto, es poco probable que veamos cambios significativos en la tributación antes del año 2025, cuando se discuta el próximo presupuesto estatal. Sin embargo, es importante que los ciudadanos comprendan la importancia de los impuestos como fuente de ingresos para el Estado y su impacto en la economía y en la vida de todos los ciudadanos.