La coordinadora del Bloco de Esquerda, Catarina Martins, ha sido una de las voces más críticas en los últimos meses en lo que respecta a la falta de inversión en carreteras en Portugal. En una reciente entrevista, Martins ha destacado cómo la falta de financiación y el abandono de la infraestructura han afectado negativamente a la calidad de vida de los trabajadores del sector del transporte.
En su discurso, Martins ha hecho hincapié en que esta falta de atención hacia las carreteras es un reflejo de la desigualdad en la sociedad portuguesa, donde los intereses de las grandes empresas y las políticas neoliberales tienen prioridad sobre las necesidades de la población trabajadora.
Según Martins, los trabajadores del transporte se enfrentan a una doble injusticia: por un lado, tienen que lidiar con unas condiciones laborales cada vez más precarias y, por otro, con unas carreteras en mal estado que ponen en peligro su seguridad y la de los demás usuarios de la vía. Este es un problema que afecta tanto a los conductores de mercancías como a los de pasajeros, y que ha sido ignorado por parte de las autoridades durante demasiado tiempo.
La coordinadora del Bloco de Esquerda ha denunciado que, además de la falta de inversión, también se ha producido un abandono en el mantenimiento de las carreteras existentes. Como consecuencia, muchas vías presentan hoy un estado lamentable, con baches, señalización deficiente y falta de iluminación, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
Aunque este problema afecta a todo el país, Martins ha puesto especial atención en las regiones del interior, donde las carreteras son aún más importantes debido a la falta de alternativas de transporte. De hecho, en estas zonas se concentra una gran parte del transporte de mercancías y también el turismo, por lo que es imprescindible que las carreteras estén en buen estado para garantizar el desarrollo económico y social de estas regiones.
Esta situación no solo afecta a los usuarios de las carreteras, sino también a las empresas de transporte, que se ven obligadas a invertir en vehículos más resistentes para poder soportar las condiciones adversas de las vías. Sin embargo, esta no es la solución ideal, ya que a largo plazo resulta mucho más costoso tanto para las empresas como para la sociedad en general.
Ante esta realidad, es necesario un cambio de enfoque por parte del gobierno y una mayor inversión en la red de carreteras. Como ha mencionado Martins, la falta de recursos no puede ser utilizada como excusa, especialmente cuando se destinan grandes sumas de dinero a otros sectores menos relevantes. El dinero público debería priorizar las necesidades de la población y no los intereses de unos pocos.
Además, una mayor inversión en el sector del transporte no solo mejoraría la seguridad en las carreteras, sino que también tendría un impacto positivo en la economía, generando empleo y fomentando el desarrollo de las regiones más desfavorecidas.
El Bloco de Esquerda propone un plan de inversiones en infraestructuras que incluya no solo la renovación y el mantenimiento de las carreteras existentes, sino también la construcción de nuevas vías en las regiones más necesitadas. Esta política tendría un impacto real en la vida de los trabajadores del transporte y en la calidad de vida de la población en general.
En conclusión, la falta de inversión en carreteras es un problema crucial que afecta a toda la sociedad portuguesa y que ha sido ignorado durante demasiado tiempo. Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y tomen medidas concretas para mejorar las condiciones de las carreteras y garantizar la seguridad de sus usuarios. El Bloco de Esquerda seguirá luchando por una política de transporte más just