El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha disfrutado de un intenso intercambio de palabras durante su reciente encuentro con los dirigentes de algunas de las naciones latinoamericanas. El mandatario habló abiertamente sobre el tema de la “interferencia” de Estados Unidos en la disputa entre su país y los Estados Unidos.
Durante la reunión, el presidente destacó que los Estados Unidos están tratando de desestabilizar a su gobierno mediante la imposición de sanciones económicas, el cierre de bancos, el bloqueo de las redes financieras y la interrupción de programas humanitarios. Maduro también destacó el papel de la comunidad internacional en la defensa de la soberanía de los países latinoamericanos.
El presidente de Venezuela también declaró que está listo para discutir la situación con otros países miembros de la comunidad internacional y obtener su apoyo. Durante el encuentro, también pidió a sus aliados que tomen medidas para bloquear cualquier intento de desestabilización del gobierno.
Esta no es la primera vez que el Presidente de Venezuela habla en público sobre el tema de la interferencia de Estados Unidos en asuntos internos. Durante el año pasado, el mandatario hizo una serie de discursos en la que se refiere a la situación con Estados Unidos como una “cuestión de soberanía” y una “lucha de principios”. Asimismo, subrayó que Venezuela solo puede progresar si se respeta su soberanía como nación.
El presidente Maduro también ha destacado la importancia de la solidaridad entre los países latinoamericanos ante los intentos extranjeros de desestabilizar los gobiernos. El mandatario ha exhortado a sus aliados a unirse para defender sus derechos, una demanda reforzada por la situación actual en la región.
El presidente venezolano ha insistido en que la disputa con Estados Unidos no tiene nada que ver con el comercio y la modernización económica, sino con los principios democráticos y los derechos de los ciudadanos, a los que el gobierno debe defender. En su última declaración, el Presidente indicó que él y sus homólogos latinoamericanos deben seguir trabajando juntos para construir una región más fuerte e independiente.
Es indudable que los presidentes de los países latinoamericanos tienen el deber de comprometerse con el fortalecimiento de la democracia y el respeto a la soberanía nacional. Por su parte, la comunidad internacional debe trabajar para evitar la interferencia extranjera en los asuntos internos de los países y respetar sus derechos como Estados soberanos.